Relación Pedagógica en la Pandemia

Como docente la cuarentena me enseñó que no es posible concebir a la educación sin el educador, pero tampoco sin el educando. Durante la pandemia, no se logró crear ningún tipo de vínculo con un gran porcentaje de jóvenes, lo que no tuvo sólo que ver con la falta de conocimientos por parte de los docentes, sino, y sobre todo, por las complejas circunstancias socioeconómicas e históricas en que vivían y viven las personas y grupos, en un contexto de emergencia económica.

Es verdad que las TIC contribuyeron a establecer el vínculo, pero sólo con los que no fueron excluidos duramente, que estaban dentro (incluidos) en el sistema. Y es preciso  aclarar que la "calidad" de ese vínculo  dependió mucho de cuán adentro estaba cada uno. Por ende, mientras algunos recibieron módulos escritos o mensajes por WhatsApp, otros lograron acceder a plataformas educativas y a videoconferencias.

Creo que  mi desafío como docente es lograr reconstruir el vínculo con aquellos estudiantes que aún portan las marcas en sus trayectorias educativas de la Pandemia, que va más allá de “reinventar los saberes” o “construir nuevas formas de enseñar”. Por ende, se trata de que ese proceso de revinculación y de reinvención les permita a los estudiantes poner en cuestión  la realidad en que viven y que puedan cambiarla.

Por otro lado, como afirma el compañero Caballero Pablo,  no hay que olvidar que,  "el ser humano es un ser afectivo y como relación primaria este vinculo es fundamental para el desarrollo". Relación que por cierto desapareció en la Pandemia